lunes, 13 de marzo de 2017

“A este lado del paraíso” (Francis Scott Fitzgerald).





Es el ingreso en el mundo del protagonista de la novela “Amory Blaine”, hijo de un padre acaudalado y una madre excéntrica, quienes a lo largo del transcurso de la novela, pierden su estatus social y económico. Este hecho, condiciona de manera radical el sentimiento de pertenencia de Amory, ya que el ambiente de la alta socialité de la que se rodea tiene muy presente, que ya no es genuinamente parte de este círculo social, y esto colapsa sus expectativas y vínculos emocionales con el mundo. Amory es un individuo con sed de conocimiento y experimentación; tanto a nivel sentimental, intelectual y moral. Se pueden percibir en sus ideas y comportamiento, atisbos de narcisismo, pedantería y clasismo. 
El protagonista está en constante búsqueda de su identidad, no deja de cuestionarse en ningún momento planteamientos sobre lo que debe hacer para conseguir lo que desea y que medios debe utilizar para llegar a sus objetivos.

Amory tiene una educación privilegiada, estudia en la universidad de Princeton, y su vida se desarrolla alrededor de esta educación que no le da alivio, sino que lo induce a un sistema de adoctrinamiento estadounidense que procura enseñar a producir sin contemplaciones, donde la competitividad no deja espacio a los soñadores. Como dicen los versos de Rupert Brooke (versos que inspiraron la novela): “¡A este lado del paraíso…! Poco consuelo da el saber”.


En el viaje por los amores y mujeres de su biografía; se entremezclan amores tiernos, amores ingenuos, amores locos y amores imposibles. Las pasiones, los temores, los deseos, la melancolía, la desidia y el pesimismo marcan su historial emocional presente y futuro.
Se hace patente en el libro, la pérdida de inocencia y el declive de la ingenuidad que dará paso al despertar de la madurez y el paso a la edad adulta. Lamenta la pérdida de la juventud y la inocencia, pero solo cuando añora las delicias que causaron su pérdida.

“Siempre se trataba de lo que llegaría a ser, nunca de lo que era”